Mi familia se reunió alrededor del monitor CRT de 17” en nuestra oficina. “Ok, nadie conteste el teléfono,” nos indicó mi padre. “Esta es la internet y llega a través de la línea telefónica.” La sinfonía de pitidos y gritos del módem llenó la habitación. Eaaarch schhoooo bip bip bip bing shhhhhhhhhhhhhhh… conectado.
Una búsqueda en Geocities trajo los horarios de películas en nuestro cine local. ¡Click! Los píxeles pintaron la pantalla línea por línea. Poco a poco, vimos que aparecía la navegación, seguida del contenido del sitio web. Cuando apareció el pequeño y borroso cartel de la película Titanic, fuimos recompensados con la información que buscábamos. Internet era como un genio en una botella, concediéndonos nuestro primer deseo: conocimiento casi instantáneo y actualizado. En aquel entonces, simplemente significaba no tener que esperar el periódico para planificar nuestro fin de semana.
Mientras tanto, en 1997, alguien en el cine local intentaba responder a la misma pregunta que aún debatimos hoy: ¿Cuántos obstáculos soportará alguien para obtener esta información? ¿Cómo puedo hacer un sitio web con la tecnología que tengo para que la gente se quede? Los verdaderos pioneros de internet eran personas que solo intentaban comercializar horarios de películas. Ahora, casi tres décadas después, dentro de una generación, es solo una aplicación en nuestro teléfono en nuestro bolsillo.
¿Tuviste una experiencia similar a la mía? ¿Todos estamos viviendo en una era donde recordamos colectivamente los malos tiempos de carga como normales? ¿Qué tal los videos buffering, descargar archivos para escuchar una canción, o sistemas GPS donde los mapas solo se actualizaban cuando comprabas un nuevo dispositivo?
Inicialmente, tuvimos internet por marcación. Eventualmente, dedicamos una segunda línea telefónica para ello, y a medida que mejoraban las velocidades de módem, también lo hacía la internet. Cuando instalamos ADSL, la internet estaba siempre activa (algunos de ustedes pueden haber recibido "Internet por cable"). Con Wi-Fi en casa, cada persona tenía su propio portátil. Poco después, combinaron nuestro dispositivo musical con un teléfono y un comunicador de internet.
Este "dispositivo comunicador de internet" representa la generación actual en la que vivimos. Las tecnologías que conectan ese dispositivo y las personas que acceden a la información en él han evolucionado para ser más rápidas. Pero lo que verdaderamente deseamos no es solo velocidad. Buscamos experiencias más ricas: más videos, imágenes de alta calidad, música en streaming sin interrupciones, videollamadas y la capacidad de trabajar desde cualquier lugar.
Los últimos 30 años tienen una historia increíble, combinada con trabajo duro e ingenio humano, que contribuye a los tiempos de carga a los que estamos acostumbrados hoy. Sin embargo, como comercializadores y propietarios de sitios web, estamos completamente absortos en métricas y en cargar nuestros sitios web lo más rápido posible. ¿Estamos intentando colectivamente sanar de los malos tiempos de carga del pasado? ¿Qué pasa con la intriga humana, la recompensa de lo que hay detrás del clic de un enlace?
Todas esas métricas de visitantes, tasas de rebote, tiempo al primer byte, tiempo en el sitio—estas son personas reales tomando decisiones reales. Una y otra vez, a medida que la tecnología mejora y la velocidad aumenta, votamos colectivamente por la experiencia como nuestro objetivo. Ya no solo obtenemos los horarios de las películas; reservamos nuestros asientos, preordenamos nuestras palomitas, gestionamos nuestros puntos de recompensa. Usamos el mismo dispositivo comunicador de internet para escuchar música en nuestro camino al cine mientras actualizamos a nuestros amigos con un ETA en tiempo real desde nuestro mapa en ese mismo dispositivo que nos dirige a través del tráfico por la mejor ruta en tiempo real.
En 1997, podría haber tomado siete minutos de tiempo de carga obtener la información que necesitábamos. Todavía esperábamos cuatro horas en la fila del cine, y cuando abrieron las puertas, corrimos—corrimos a conseguir nuestros asientos. Mi abuela de 86 años estaba en esa proyección, nació un año después del desastre del Titanic.
Mira, Jack y Rose se estaban divirtiendo mucho cuando el barco chocó con el iceberg. Las personas que imaginaron y construyeron el Titanic crearon espacios increíbles: grandiosos comedores, escaleras intrincadas. Diseñaron uno de los barcos más impresionantes jamás construidos, luego lo llevaron a velocidad. Al igual que los diseñadores del Titanic, muchos desarrolladores web y comercializadores hoy en día arriesgan enfocarse demasiado en la velocidad, empujando los límites de lo que su tecnología puede manejar. Pero debemos recordar que el verdadero valor radica en la experiencia que creamos. No se trata solo de cuán rápido podemos entregar contenido, sino de cuán relevante, atractivo, informativo y agradable es ese contenido para el usuario. El objetivo final debería ser crear un viaje memorable para nuestros visitantes, uno que los mantenga regresando, no solo porque sea rápido, sino porque vale la pena su tiempo.
Hay muchas más cosas importantes que el tiempo de carga. Los visitantes del sitio (personas reales) estarán bien con la duración del viaje que decidieron emprender. Es cuando las cosas salen mal, o el sitio web no llega a tiempo—o en absoluto—cuando hay un problema.
-----------------------------------------------------------
Hola, mi nombre es Jeff, y quiero hablarte sobre la propiedad de un sitio web. Aunque hay mucha información en internet sobre tácticas para mejorar la velocidad del sitio o crear el mejor texto de conversión, quiero ayudarte a entender cómo todo encaja. No todo lo que es importante para otros sitios web será tan importante para el tuyo. Mejorar tu intuición y visión holística de un sitio web te ayudará a crecer como un mejor cuidador de tu sitio web, en lugar de simplemente correr de un lado a otro intentando implementar la última táctica.
Lo más importante que he aprendido en los diez años que he tenido un sitio web es que nunca está terminado. Si tienes un diseñador que crea un sitio web, el resto de internet seguirá adelante e implementará nuevas tecnologías. Internet está en constante cambio, al igual que nosotros, los humanos. Si se deja solo, tu sitio web se volverá obsoleto, y las personas esperarán algo más contemporáneo. Aprender a ser un mejor propietario de un sitio web me ha ayudado enormemente a mantener mi sitio fresco y actualizado, incluso en momentos en que tuve que contratar el trabajo.
0 comentarios